Como buenos representantes de la terreta, y para compensar los perritos calientes, nos comimos un plato de arroz caldoso, unes taronjetes y para rematar una siesta cama, pijama y orinal. Typical Spanish, como tiene que ser, aunque sin sangría y, atención, esto sí que es noticia:con un sol acojonante. ¡Se alcanzaron casi los 30 grados! Primera vez que dentro de la casa se tiene sensación de calor: retirada de los pijamas de invierno y edredones. Puede sonar raro para alguno, pero así dormíamos todavía.
Y por la tarde vinieron Vero, Salva and family para cenar. Aprovechamos para montar las mesas en el jardin, y muy al estilo holandés, adornarlas con velas. Velada divertida, risas, y donde el parrillero, oséase, yo mismo, volvió a medio fallar aunque por causas externas :-)) Esta vez compramos carbón del Carreful. LA chipolata, para aquellos que no lo sepan una longaniza italiana: bien; los costillares, de los que nos hemos hecho unos grandes aficionados ante la ausencia de entraña: bien, pero cuando llegamos a las alitas y muslitos aquello calentaba menos que el sol en Laponia bajo los efectos de la nube volcánica en el mes de Diciembre... Acabé poniéndolos directamente sobre el carbón, y algunas piezas se salvaron, pero nueva cruz en el haber del parrillero, que añora su barbacoa de Alicante.
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