domingo, 21 de febrero de 2010

3ª etapa: Orleans - Bruselas

Nos levantamos a las 6:30. Hemos dormido como unos angelitos en la micro-habitación del hotel. El desayuno no es para echar cohetes, pero, de nuevo, por el precio no se puede pedir más. Al salir el coche tiene escarcha y empieza a caer agua nieve. Cuando subimos, digo, en plan profético: " tranquilos, que aunque nieve, al pasar los coches la nieve no cuaja" A los pocos kilómetros, la cosa empieza a cambiar. Las pequeñas gotas de nieve empiezan a adquirir el tamaño de CornFlakes, y al poco, parecen tortitas. Los dos carriles de la izquierda están completamente blancos y por el de la derecha, donde circulamos, sólo queda limpio por doden pasan las ruedas del vehículo de delante. Un alicantino está acostumbrado a conducir con nieve :-), pero no de estas características... Llegando a Paris, la cosa no mejora. Por lo que dicen por la radio, aqui tampoco están acostumbrados. Por suerte, al rato de estar encomendados a San TomTom en la encrucijada de circunvalaciones y autovías de Paris, la nieve cesa. De hecho, ya saliendo en dirección Bruselas, el sol nos sonríe. Este tiempo es una auténtica locura. Animados, y más tranquilos, ya sólo nos quedan 3 horas para Bruselas. Cuando cruzamos la frontera, por cierto, una casa medio en ruinas y un coche de policia, la autovía que cogemos tiene el firme hecho una porquería. No todo podía ser ya perfecto, pero, en poco más de una hora llegamos directos a la puerta de la agencia. ¡Bendito San TomTom!
Mañana continuaré con nuestra entrada en el apartamento.

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