sábado, 3 de julio de 2010

Visita Finca Bonitera

En periodismo, lo último es lo primero, y a pesar de tener pendiente la crónica de la visita de Finca Bonita, debo reseñar en primer lugar un hecho excepcional ocurrido ayer: se alcanzaron los 38 grados!!! A las 19:30, el coche todavía marcaba 37 grados!! Además tengo la impresión de que este sol es más dañino, no se si será por el agujero de la capa de ozono o por falta de costumbre, pero ir por la calle se convierte en un auténtico infierno. Ya son más de diez días sin lluvia y, me doy cuenta, ¡¡de qué es necesaria!! Dios, tierras extrañas estas donde hace 10 días se dormía con edredón y había gente con bufanda, mientras ayer te derritías de calor... Y yo rogando por un poquito de lluvia...
La familia Finca Bonita: Vicky, Jose, Víctor y Alejandro, F.F.B en adelante, llegaron el jueves 24 de junio, día insigne de la cremá. Cuando los recogí en la estación de Midi, sitio con tráfico especialmente conflictivo, dudaban de si en efecto se encontraban en Bruselas o en cualquier otra ciudad del norte de Africa. Tras esas dudas iniciales, los acerqué al barrio Europeo, donde se aglutinan las instituciones, y tras devorar una hamburguesa los dejé en el parque del Cincuentenario para que vieran el museo militar. Luego los recogí y en casa tuvieron la ya habitual bienvenida: plato de queso y Chimays, como las fotos corroboran, y como no podía ser menos, para cenar una barbacoa. El parrillero ya le ha pillado el truco al tema, mi principal defecto radicaba en la escasa cantidad de carbón que empleaba!! Básico, pero la lección ya ha quedado aprendida. FFB quedó satisfecha, en especial con los costillares, de los que nos hemos hecho unos auténticos devotos. Larga vida al costillar adobado del Delhaize!!


Tras disfrutar de semejantes manjares, introducimos a la parte adulta de FFB en el apasionante mundo del Oporto, dígase Sandeman ( nombre comercial de la botella que nos bebimos, traducido al español, "el hombre de la capa"). En la foto de la habotación podéis comprobar la capacidad del Sandeman en alegrar corazones, despertar sentimientos de camaredería y compañerismo, así como actuár de bálsamo ante cualquier adversidad. El viernes días libre para FFB; aprovecharon para ver las zonas turísticas de Bruselas: grand place, Atomium,...


El sábado las dos familias, 9 miembros, nos embarcamos en la Bestia rumbo a Brujas. Como ya os dije en una entrada anterior, la ciudad tiene un encanto especial: canales navegables, casas medievales, suelo adoquinado, y... turistas, turistas y más turistas, a lo que le añadiremos un calor en toda regla.


Tras recorrido pedestre, inluído refugio en césped bajo árbol para aguantar la canícula reinante, entramos en una típica cervecería donde seguir degustando tan grata bebida.
He aquí uno de los momentos clave de nuestra visita. No se bien en qué momento se produce una aproximación de nuestros vecinos de mesa. El grupo, Peruano, lleva todo el día ingieriendo cerveza. Se puede uno imaginar el estado etílico en el cual se encuentra. Se encuentra formado por el Doctor, apodado por nosotros Fujimori, que apenas puede ponerse en pie y balbucear algunos vocablos, el más charrador, en la foto con la yaya, del cual no me acuerdo del nombre, y su hermana con el marido alemán. La yaya recibe múltiples alabanzas, y sin cortarse un pelo, al son de "linda, pero qué linda" con ese típico acento meloso sudamericano, se anima a amorrarse al pedazo de copón, del cual hacemos rondo y vamos pasando de boca en boca.

En estas situaciones, es mejor no pensar en las babas y demás jugos que pueden encontrarse en el interior, pero el momento merece la pena. Tras varias risas, la hermana, esposa del alemán, con un enojo más que considerable decide que ya que han ido de visita a Brujas, deben ver la ciudad y no limitarse a una cervecería, tras lo que nos dejan con el pedazo de copón de al menos 3 litros.

Mirar, mirar, cómo rodaba de boca en boca ese pedaso de copa de cerveza. No digo más.
El retorno a Bruselas fue cómodo, sin encontrarnos con ningún atasco, y como no podía ser de otra manera, para cerrar el día organizamos una barbacoa de última hora.
El domingo, nos desplazamos con Julia e Iduna a presenciar un torneo medieval en un castillo cercano.
No es por comparar de nuevo, pero los Moros y Cristianos se encuentran a años luz, por delante, del evento. En cualquier caso entretenido, el principal problema es que la canícula que os comentaba se hace notar con dureza, y buscamos todo el rato sombra y líquido que llevarnos a la boca, quitando la atención de los combates. Se hacen justas medievales, bajo un sol de justicia:

Ahora acabo de ver el partido de Alemania contra Argentina, y en 15 minutos marcho a casa de Remi y Alejandra, donde vamos a presenciar el trascendental partido contra Paraguay.
¡Fuerza y honor! Viva España!!


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