A vueltas con la circulación, tema importante en Bruselas. Tras ya casi dos meses de estancia, podemos afirmar que Bruselas es una ciudad bastante cáotica con respecto al tráfico. Es importante conocer rutas alternativas que permitan variar el recorrido en caso de congestión y atascos, tema muy habitual.
Pero también hay un lado positivo. La gente suele ser permisiva y eso es aprovechado por el astuto conductor español. Cuando el conductor español ve una larga fila en el carril derecho, dado que más adelante hay que desviarse a la derecha, pero circulación fuida por la izquierda, en una muestra innata de picardia apura por la izquierda para a última hora meterse a la derecha. Venga, venga, ¿quién no ha hecho eso,eh? Vale que no es la mejor muestra de civismo, pero el intinto a veces es más fuerte que la razón, sobre todo dado que aqui, al contrario que en España, la gente es más permisiva y permite la incorporación sin mucho problema. Evidentemente no se puede generalizar, pero habitualmente uno no se expone a la reacción a la española: es decir, acelerar para evitar esa incorporación al tiempo que se blasfema y se gesticula elevando el dedo índice en clara señal de reprobación de semejante acción y con la otra mano golpeando el claxón. Vamos, que si nos quedaran más manos también las usaríamos para increpar, no para conducir.
Este mayor civismo se traduce también en la actuación ante los semáforos. Porque seamos claros, para un Español un semáforo en ámbar quire decir:"majo, acelera, acelera, que este me da tiempo a pasarlo". Sí, así es. Aqui sin embargo un semáforo ámbar es sinómimo de parar, y por lo general, se respeta siempre. Claro, las primeras veces uno con la mentalidad española sigue pisando acelerador para pasar, pero poco a poco te vas contagiando, esa cultura rodada se va depositando, y hoy, llegando me he percatado que cuando veo un semáforo en ámbar, ¡¡en lugar de pisar el acelerador he pisado el freno!!! Dios mío, será este de unos los primeros síntomas de mi metamorfósis hacia la cultura Belga? En cualquier caso, si cuando vuelvo a España me veís frenar ante un semáforo en ámbar, ser condescendientes y no descarguéis vuestra ira en mi. Au revoir.
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