El infierno toma forma: Ikea

Bueno, tras varios días sin Internet por fin hemos conseguido engancharnos a la señal de un vecino y sacar tiempo para escribir en el blog. Muchas cosas han pasado y mi memoria ya no es lo que antaño, pero desde luego la experiencia de Ikea ha quedado marcada con hierro candente. Un infierno. Hemos tenido que comprar la casa desde cero, bueno, no del todo, ya que cocina y baños si están amueblados ¡Dios nos libre! El primer día cargamos 8 carros solitos la Carmi y yo. Quien ha sufrido una experiencia similar, sabe de lo que estamos hablando. Cuando el conductor nos vio arrastrando como podíamos por los pasillos los carros, al principio sonrió, pero poco a poco le fue cambiando el semblante al percatarse la que le venía encima.Pero al final conseguimos cargarlo todo, a presión, eso sí, pero entró. A partir de ahí hay cosas que es mejor olvidar, pasar página y no mirar hacia atrás :-)) A los dos días tuvimos que cargar otros dos carros. Tema cerrado. Eso sí, como algún día me cruce con el sueco de las narices que inventó esto vamos a tener unas palabras, y le voy a dejar de manera meridiana y clara mi opinión al respecto. Jorge dixit.